La justicia cívica es un mecanismo diseñado para resolver de manera rápida y eficiente los conflictos menores que surgen en la convivencia diaria. Busca fomentar la cultura de la legalidad, prevenir la violencia y fortalecer la convivencia ciudadana. Sus principales características son: Atención a conflictos menores: Se enfoca en resolver disputas cotidianas entre vecinos, familiares, etc. Agilidad: Los procesos son más rápidos que los judiciales tradicionales. Participación ciudadana: Las partes involucradas participan activamente en la búsqueda de una solución. Prevención del delito: Al resolver conflictos de manera temprana, se evita que escalen a situaciones más graves. Mediación y conciliación: Son los métodos principales para resolver los conflictos, con la intervención de un tercero imparcial.